El mundo de la piel es tan amplio como fascinante. Cada tipo de piel tiene su origen, sus cualidades y su carácter único. Aprender a diferenciarlas es fundamental, tanto para quien las viste como para quien quiere cuidarlas. No es lo mismo un cuero vacuno que un ante delicado, ni una napa suave que un serraje resistente. Reconocer estas diferencias es la clave para dar a cada prenda, mueble o accesorio el trato que merece.
Es la piel más común y duradera. Se reconoce por su firmeza, grosor y grano marcado. Es ideal para sofás, cazadoras o zapatos de uso intensivo. Al tacto se siente robusto y firme.
La napa de cordero se caracteriza por su tacto suave y flexible. Es ligera y cómoda, muy usada en prendas de vestir de alta calidad. Acariciarla es suficiente para notar la diferencia: se desliza entre los dedos con una suavidad única.
Conocer el tipo de piel de tu prenda, sofá o accesorio no es solo un dato curioso:
Te ayuda a elegir el tratamiento correcto (hidratación, encerado, protector).
Evita errores de limpieza que puedan arruinar el material.
Aumenta la vida útil de tus prendas y muebles.
La piel es un material vivo, con personalidad e historia. Identificarla correctamente es el primer paso para mantener su belleza durante muchos años.

Restauramos y limpiamos tus prendas de piel con atención al detalle. Confía en nuestra experiencia para darles nueva vida sin dañar el medio ambiente.